
La startup Shape Security anuncia haber encontrado un sistema por el cual los hackers están enviando y recibiendo información obtenida a partir de piezas de malware y, todo ello, manteniéndose escondidos sin posibilidad de que el cliente de correo electrónico de Google, Gmail, pueda detectar anomalías.
Wade Williamson, investigador de la startup Shape Security, ha comentado que este sistema está completamente permitido por Gmail, dado que se desconocía hasta la fecha, y permite a los hackers que se comuniquen de forma «sigilosa», sin que pueda ser detectada la información que comparten con otros «clientes» y que, con este método, han extraído de algún ordenador infectado. Lo que están haciendo, básicamente, es compartir información sobre malware, y obtenida a partir de estas piezas de software maliciosas, con clientes a quienes les venden esta información, así como con sus propios ordenadores -bajo este «protocolo»-. Ahora bien, lo están haciendo a través de
A partir de aquí, la carpeta de borradores de Gmail se mantiene abierta y oculta, con el malware programado para ejecutar una secuencia de comandos de Python. En todo momento, la comunicación se mantiene cifrada para evitar ser descubiertos, así como para prevenir que se puedan filtrar los datos. Sin duda, un recurso más «preocupante» que los protocolos HTTP e IRC que habitualmente utilizan los hackers para controlar su malware de forma sigilosa.