Windows Phone nunca ha terminado de despegar pero la cosa se podría poner aún más fea en los próximos meses. Microsoft no gana dinero con los móviles y tampoco está sacándole partido a la millonaria inversión para comprar el negocio de terminales de Nokia. Ayer despidió a 7.800 trabajadores y buscará un nuevo enfoque para su división de movilidad. Algunas voces señalan que sólo seguirá en el mundo de los terminales por dos años más.
Aunque Microsoft no lo quiere itir abiertamente, lo cierto es que ha visto como se le ha escapado el mercado móvil sin mostrar mucha capacidad de reacción. Las ventas de Windows Phone no acompañan, el apoyo de los operadores es mínimo y los fabricantes más relevantes del panorama mundial no tienen demasiado interés en este sistema operativo. A todo esto le podemos sumar la falta de entusiasmo de muchos desarrolladores para crear aplicaciones para la plataforma. Todo esto forma un coctel letal con difícil solución.
la llegada de Windows 10 para móviles que a buen seguro vendrá acompañada de terminales a la altura de las expectativas.
¿Ha fracasado Windows Phone? ¿Qué hay que hacer para asegurar su supervivencia?