El pasado mes de agosto se filtraron a la red una serie de hacks que en principio parecían ser vulnerabilidades propiedad de la NSA, que ésta utilizaba para hackear los equipos tanto en países extranjeros como en empresas de la propia Estados Unidos. Estas vulnerabilidades afectan a routers, switches, y diversos equipos de red cuyo permite obtener información sensible sobre el atacado.
Estos archivos, según comentó Edward Snowden, podían provenir de un servidor remoto en el que la NSA se hubiera olvidado los archivos después de haber realizado un ataque (u operación, como ello lo denominan), y que luego pudieran ser accedidos por los hackers rusos que publicaron la información. Y efectivamente, según afirma Reuters, eso es lo que ocurrió.
Fue un descuido, y bastante grave
Según han confirmado de la NSA a agentes del FBI a cargo de la investigación, fue uno de sus propios empleados (el cual dejó la NSA por motivos ajenos a este descuido, según afirman) quien olvidó por error en un servidor los archivos utilizados en una operación hace alrededor de tres años.
Finalmente, la investigación también se está centrando en el grupo que filtró estos archivos a la red, conocidos como Shadow Brokers. Este grupo se cree que tiene su origen en Rusia, e incluso que podría ser parte del propio gobierno ruso, y que éste publicó las herramientas en intento de desestabilizar al gobierno americano y a agencias de espionaje como la NSA. La principal razón para pensar esto es que el grupo publicó los hacks en lugar de venderlos.