Existe un lugar donde no existe Internet, ni WiFi ni señal GPS. En algunas ocasiones los mensajes llegan varias veces al mismo lugar, al mismo tiempo a diferentes lugares o no llegan a ningún sitio. Ese lugar no es otro que bajo del mar. Sin embargo, pese a lo imposible que parece, pronto podríamos disponer de conexión a Internet de alta velocidad en este entorno, algo vital para submarinos, robots y otros instrumentos que están colocados en este medio.
Para los científicos, las comunicaciones con los submarinos, robots y otros instrumentos colocados bajo del mar, se producen a velocidades de unos pocos bytes por minuto, volviendo a la época de las conexiones dial-up. Por supuesto, son conexiones muchísimos más lentas que las tenemos en casa, incluso en zonas rurales o aisladas. Una solución ha pasado durante mucho tiempo por conectar directamente algunos de estos instrumentos a aumentar la velocidad y ancho de banda de los módems acústicos instalados bajo el mar. La segunda pasa por usar rayos de luz infrarroja, aunque sólo funcionan a cortas distancias.
Con los proyectos de desarrollo de estas tecnologías en marcha, muchos ven más posibilidades en tener conectividad inalámbrica bajo el agua. Por ejemplo, podría utilizarse como forma de guiar a los barcos a puerto y a su lugar amarre de forma autónoma. Por el momento, es tiempo de seguir trabajando, desarrollando las señales acústicas y todo el equipamiento necesario. Pronto podrán hacer posible lo imposible.