
Se dice que el Bitcoin consume tanta energía eléctrica como Irlanda, es decir, en torno a un 5% del consumo de España. En general, el Bitcoin no es un ente como tal, sino que el consumo de todos los ordenadores en el mundo destinados a minar Bitcoins consumen eso. Es esta división la que hace que cualquier persona puede aportar su granito de arena con la capacidad de procesamiento de su ordenador a cambio de obtener pequeñas porciones de Bitcoin.
Superordenadores
El superordenador actual más potente del mundo tiene 125 petaflops, y ya comentamos ampliamente para qué se utilizan estos ordenadores, destacando usos en la industria y en la medicina que requieren grandes potencias de cálculo. El
Muchos ordenadores permanecen encendidos sin estar siendo utilizados durante muchas horas a lo largo del día. Aprovechar la potencia de esos ordenadores en ratos muertos permitiría solventar uno de los mayores problemas en la actualidad, y es que la cantidad de datos que necesitan ser procesados está aumentando más rápido que la capacidad de procesamiento de los ordenadores actuales.
Blockchain: El P2P detrás del Bitcoin
Aquí es donde entra en juego el Blockchain. La cadena de bloques es ampliamente utilizada en el Bitcoin y en las criptomonedas ya que una vez se publica su información en la red, éstas no son modificables, de tal manera que se consigue que una misma moneda no se pueda gastar dos veces. El Blockchain podría permitir crear una plataforma en la que cualquier pusiera a disposición la potencia de su ordenador para hacer cálculos y obtener dinero a cambio.
Como hemos comentado, hay una demanda cada vez mayor de potencia de procesamiento en la industria y en el campo de la investigación científica, donde se investigan nuevas estructuras moleculares, se renderizan elementos en 3D o se hacen simulaciones sobre diversos campos como la aviación. Además de aumentar la cantidad de datos que hay que procesar, esto se ha de realizar en el menor tiempo posible. En la actualidad ya existen plataformas que redistribuyen los recursos para procesar información, como SETI@home, pero que dependen de un intermediario para distribuir y gestionar las tareas, haciendo el proceso más ineficiente.
basado en Blockchain entre el oferente y el contratista.