El mercado de los procesadores de ordenador ha sufrido una gran revolución este año gracias a la llegada de AMD Ryzen, que ha hecho despertar a una industria de las U adormecida por unos lanzamientos de U por parte de Intel que no ofrecían grandes mejoras de rendimiento. Además, el precio de estos chips ha ido creciendo ligeramente en los últimos 4 años.
La falta de competencia ha hecho que los precios de Intel suban en los últimos años
En total, los procesadores tope de gama para consumidores por debajo de los 400 euros, es decir, 4770K, 6700K y 7700K, han sufrido paulatinas subidas de precio de salida, llegando a costar 400 euros el 7700K cuando éste apareció en el mercado, frente a los 275 euros que costó el 4770K. Además del tipo de cambio más desfavorable del euro frente al dólar en los últimos años, la falta de competencia ha generado que los precios aumenten.
Tradicionalmente, y durante más de una década, los procesadores de AMD se han considerado más baratos, pero también de un rendimiento inferior a los de Intel, haciendo que los fabricantes dejaran de equiparlos en sus ordenadores, sobre todo en los de alta gama. Con AMD Ryzen esto ha cambiado, con todos los fabricantes haciendo placas base con socket AM4 para los nuevos chips de AMD. Los fabricantes de ordenadores ensamblados también están encantados con Ryzen, pues su superior rendimiento y precio más bajo permite tener unos mayores márgenes de beneficio en los ordenadores que vendan.
Habrá que ver hasta dónde llega la disminución de precios de los chips de Intel. Tres semanas después del lanzamiento de AMD Ryzen, Intel recortó el precio del i7-7700K, bajando desde los 390 euros hasta los 345 euros en Amazon para luego subir hasta los 350 euros, donde lleva desde hace un mes.
Recordamos también que Intel va a lanzar antes de tiempo sus nuevos Coffee Lake con menos de un año de diferencia con respecto a Kaby Lake, por lo que esta será una de las generaciones más cortas.