Los SSD no paran de ganar cuota de mercado en los ordenadores, aumentando su presencia sobre todo en ordenadores portátiles como sistema de almacenamiento principal, en detrimento del disco duro. Todo son ventajas con un SSD (mayor velocidad, menor consumo y menor tamaño), pero también son más caros y tienen ciclos de escritura limitados.
¿Qué significa que haya ciclos de escritura limitados?
A diferencia de los discos duros, las unidades SSD tienen unos ciclos de escritura limitados. Esto quiere decir que la cantidad de información que se puede escribir en ellos tiene un límite. Todos los fabricantes especifican normalmente esta información, la cual encontramos con el nombre de TBW (Terabytes Written).
Hace medio año recogimos un artículo donde explicábamos cómo comprobar la vida útil que le quedaba al SSD antes de agotar sus ciclos de escritura. En él, simplemente hay que mirar el dato de Total Host Writes, y hacer el cálculo de cuántos días hace que tenemos el SSD. Así, podemos ver cuántos GB hemos ido consumiendo.
En definitiva, las unidades SSD tienen un ciclo de escritura limitado, pero alcanzarlo será muy difícil para los s normales, incluso si instalas juegos de decenas de GB en él. Es probable que antes de alcanzar ese límite tengas otro tipo de fallos, e incluso que el SSD se te quede pequeño y decidas cambiarlo por uno de más tamaño, ya que muchos años después, las unidades SSD van a haber bajado mucho de precio. Para finales de 2017 el precio de las unidades empezará a bajar cuando las memorias 3D NAND empiecen a llenar el mercado.
No obstante, nunca está de más tener en cuenta las recomendaciones y consejos para alargar la vida útil de un SSD.