Nos hemos acostumbrado al uso de números en los productos tecnológicos para llevar un orden cronológico de sus versiones. Salvo contadas excepciones, tenemos Windows 7, Windows 8 y Windows 10 o el iPhone 5, el iPhone 6 y el iPhone 7. Sin embargo, En la década de los 90 llegaron los procesadores Pentium de Intel, con un nuevo nombre que no seguía la estela marcada por los exitosos 386 o 486. ¿Por qué no se llamaron 586?
La historia de la informática está llena de pequeñas historias que desembocan en grandes cambios, como el comienzo del uso de la marca Pentium por parte de Intel, sustituyendo a las cifras de x86. Lo cierto, es que nada tiene que ver con la posibilidad de registrar números en la oficina de marcas y patentes, ya que otras empresas han demostrado que eso es posible.
¿Por qué Pentium y no 586?
Toda batallita de Intel que se precie debe tener a AMD como protagonista principal. Con sus primeros procesadores, los 8086, Intel no fabricaba todas las unidades “en casa” y tenía acuerdos con terceros, como IBM, uno de los gigantes de la época. La demanda era demasiado alta y no se trataba de un proceso sencillo.
Algo más tarde, IBM pidió otro fabricante para la confección de los procesadores y entonces Intel llegó a un acuerdo con una empresa llamada Advanced Micro Devices o AMD. Al principio, todo funcionaba como la seda, pero a mediados de los 80, Intel decidió que quería ser el único en vender los chips 80386 o simplemente 386.
Eso le llevó a finalizar su acuerdo con proveedores secundarios y cerró sus acuerdos con AMD. De la noche a la mañana, fabricar completamente sus
Intel no dudó en demandar a AMD por infringir su marca, después de mucha inversión y de todo lo que giraba en torno a ella. Incluso llegó a obligar a los fabricantes de ordenadores a usar la palabra Intel junto con el número del procesador. Todo ello desembocaría más tarde en el conocido eslogan “Intel Inside”.
La compañía reconocía que el 386 podría ser legalmente clonado y eso se confirmó en 1991 cuando la justicia invalidó el registro de la marca por parte de Intel. A partir de ese momento, Intel intentó registrar las marcas 486 y 586, e incluso i586, pero no consiguió hacerlo con ninguna de ella.
Por eso, se puso en o con la firma Lexicon para la creación de una nueva marca para sus procesadores, que tenían que sustituir a los 486. Aprovechando la coincidencia con la palabra “penta” (que hacía referencia a la quinta generación), se decidió que Pentium fuera el nombre. Esa marca sí era más sencilla de proteger para Intel y desde entonces, la compañía ha seguido varias contiendas legales para defender su marca.