Ready Player One ¿es este el ‘Regreso al Futuro IV’ que nunca tuvimos?

Antes que empieces a leer… cuidado, porque esto va a ser un campo de spoilers. No encontraría sino manera de contar correctamente qué me ha parecido la última película de Steven Spielberg, como ‘freak’ de la tecnología. Aunque vistos los tráilers en televisión o Internet, en realidad, nos podemos hacer buena idea de la película. Que, por cierto, está dejando excelentes y pésimas críticas casi a partes iguales. En mi caso, no puede ser sino positiva la opinión, después de haberla disfrutado.
ÚLTIMO AVISO: Spoilers en este artículo 😉
En los últimos años, el auge de la realidad virtual se ha convertido en un presente innegable. Fabricantes como Oculus –ahora de Facebook- o HTC han marcado las pautas a seguir por parte del sector, y poco a poco han ido sumándose otros gigantes tecnológicos como Samsung, Google, y un largo etcétera. La realidad virtual tiene algo muy interesante y es que, efectivamente, nos permite vivir de manera inmersiva realidades creadas por nosotros mismos. Es decir, ahondar en un ‘mundo paralelo’ y, de forma más o menos realista –según la tecnología, en hardware y software-, abandonar la realidad. Una tecnología recreativa y ociosa, aunque con aplicaciones muy prácticas en medicina y seguridad, por ejemplo.
La realidad virtual es la clave en Ready Player One ¿acabaremos viviendo un mundo creado por nosotros mismos?
Este crecimiento de la realidad virtual en el mercado es lo que a muchos les ha llevado a plantearse si acabaremos viviendo así, como ‘tontos’, en un mundo creado y aislándonos por completo del mundo real. ¿Ocurrirá? Seguramente no, igual que los robots no nos han quitado el trabajo sino que sencillamente han modificado las cadenas de producción y generado otros empleos, por ejemplo, en torno a su mantenimiento. Ese halo de fobia a la evolución tecnológica es, probablemente, lo que lleve al extremo de considerar posible que acabemos viviendo en la realidad virtual. Algo que, si realmente nos vamos al extremo, es del todo imposible, por cuestiones fisiológicas, biológicas y sociales –entre otros-.
Ready Player One fue adaptada al cine por Steven Spielberg, pero parte de una novela de ciencia ficción. Y esta vez no nos adelantan el presente de dentro de 30 años, sino que se ‘coloca’ en el año 2045. No obstante, salvando las distancias, sí tiene muchas similitudes con Regreso al Futuro, en tanto que desde el prisma de la ciencia ficción nos adelanta cuál podría ser nuestro futuro, dándole una obvia dramatización al planteamiento.
En definitiva: buen sabor de boca. No es la película del año, pero gustará a los amantes de la tecnología, porque nos traslada a la hipotética posibilidad de que la realidad virtual termine por ‘absorbernos’. Y en definitiva, nos enseña algunas de las posibilidades de esta tecnología, que a día de hoy no a hecho nada más que empezar a dar sus primeros pasos.