Mejorar la seguridad vial es uno de los objetivos principales de la Unión Europea, que pretende que en el futuro se cumpla el reto de reducir las muertes por accidentes de coches a cero. Para ello, en los últimos años ha modificado una serie de normativas y ha impuesto la instalación de ADAS en todos los vehículos fabricados.
Estos sistemas de seguridad obligatorios tienen una función clara y son una mejora interesante para la seguridad de los coches, pero no son 100% confiables y vamos a ver qué riesgos pueden conllevar.
Sistemas avanzados de asistencia al conductor
ADAS (Advanced Driver Assistance Systems), son un conjunto de innovadoras soluciones tecnológicas que se integran en los vehículos para mejorar la seguridad tanto de conductor y pasajeros como de otros ocupantes de la vía, incluidos peatones y ciclistas. Además, suponen para el conductor una mejora de la experiencia al volante.
En 2019 la Unión Europea aprobaba el Nuevo Reglamento de Seguridad 2019/2144, que recogía la nueva regulación de requisitos de seguridad general de los vehículos, de la protección de sus ocupantes y de los s vulnerables de la vía pública. Ahí se estableció que a partir de 2022 serían obligatorios en todos los coches fabricados una serie de sistemas de ayuda a la conducción. Además, se establece la denegación de nuevas homologaciones y la posterior prohibición de las matriculaciones (normalmente 24 meses después) a todos aquellos vehículos que no cuenten con ellas.
Además, estos incrementan el coste de mantenimiento del vehículo, ya que no se puede cambiar la luna sin más. A partir de ahora, cuando se sustituye el parabrisas es necesario volver a recalibrar las cámaras y los sensores de los ADAS.
El añadido de estos sistemas está causando una falsa sensación de autonomía para el conductor. Al volante se confía demasiado en la acción de los ADAS y se da por hecho que el coche va a avisar y a frenar solo en caso de detectar un riesgo de colisión. Esto está llevando a un nivel de pérdida de atención al volante que incrementa el riesgo de accidentes, aunque el coche esté equipado con estos sistemas de seguridad obligatorios.