Con el aumento cada vez más de matriculaciones de coches eléctricos, estos también tienen que pasar la ITV. Es un proceso que no cambia más allá del tipo de energía con el que se mueva nuestro vehículo. De todos modos, como es normal, estos requieran de algunas técnicas y revisiones que pueden variar con respecto a uno de gasolina, también porque su mecánica es diferente. Pero, ¿qué es lo que miran exactamente? ¿Qué precios hay para ellos?
La ITV de los eléctricos sigue siendo a los 4 años
Los coches eléctricos tienen la obligación de pasar la ITV de igual modo que cualquier otro vehículo, ya que actualmente no hay ninguna ley específica para este tipo de motores ecológicos. De todos modos, hay que diferenciar algunas variaciones a la hora de su inspección.
Por ello, los híbridos, híbridos enchufables y eléctricos también deben pasarla. Asimismo, y como algo importante a considerar si somos propietarios de alguno de los coches con estas tecnologías, es que sí; los tiempos son iguales para pasar la inspección técnica en cada uno de estos modelos.
Según la istración de inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) los plazos a cumplir son iguales para todos los vehículos y modelos, siendo la primera revisión a los 4 años, después de forma bianual hasta que cumpla 10 años, y a partir de ese momento, las revisiones serán de manera anual. ¿Y qué hay de su precio? ¿Es verdad que podemos encontrar diferencias con los de anteriores generaciones? Sí, y sustancialmente, además.
Cómo es su inspección
Aunque la gran mayoría de las pruebas que se realizan en las estaciones de ITV son las mismas para todos los vehículos, hay algunas cosas que cambian si el coche no es de combustión. Todos deberán pasar la comprobación de la carrocería, luces, neumáticos, suspensiones y frenos. De todos modos, los eléctricos no tendrán que pasar la prueba de emisiones, como tampoco deben someterse a los tests de ruido.
coches de gasolina y hasta 30 en el caso de los diésel. El precio de la ITV de los híbridos enchufables también es más económico y se distingue según su motor sea de gasolina o de diésel.
La normativa vigente no contempla diferencias en las inspecciones a vehículos híbridos, por lo que deben someterse a la prueba de emisiones como si fueran de combustión. La única diferencia es que, dado que con el coche a ralentí el motor que funciona en este tipo de vehículos es el eléctrico, se hace necesario aplicar los protocolos del fabricante para arrancar el vehículo con el motor de combustión y poder así medir las emisiones.