Si te estás planteando comenzar a conducir un coche eléctrico, una de las preocupaciones que quizá se te pasen por la cabeza sea si vas a estar seguro conduciéndolo. Al fin y al cabo, este tipo de vehículos todavía no están tan normalizados como los de gasolina y su tecnología podría exponerte a un nuevo abanico de riesgos. ¿Qué tienes que saber al respecto para que te quedes tranquilo o, al menos, estés preparado?
Los coches eléctricos podrían llegar a tener una presencia enorme en el mundo. Las ventas anuales no dejan de crecer y se cree que dentro de poco tiempo se llegará a alcanzar 1 millón de unidades vendidas al año. Serán millones de coches eléctricos circulando y, todos ellos, contarán con una tecnología que quizá todavía no conozcas tan bien. ¿Te has planteado que estos coches incluyen en su interior una enorme batería de ion de litio sobre la que estás sentado?
Ante esta nueva realidad, surge una pregunta crucial: ¿estás preparado para una posible emergencia? Contar con un
Cuando se compara el volumen de accidentes que se producen entre coches que tienen la función Autopilot y los que no, los resultados son muy positivos para los coches que tienen esta tecnología. Distintos estudios lo corroboran, demostrando que los porcentajes de riesgo se reducen con sistemas de control avanzados. No obstante, todavía hay mucho que investigar, puesto que las estadísticas siempre se comparten con márgenes de ambigüedad a la vista de que no siempre es fácil saber si los sistemas de control estaban activados o no cuando se produjeron los accidentes. En cualquier caso, se tiene que ver esta tecnología como un paso adelante y, si el coche eléctrico que vas a comprar la tiene, valorar que se trata de algo positivo.
Accidentes
¿Qué ocurre si tengo un accidente con un coche eléctrico? ¿Qué posibilidades hay de sobrevivir o cómo reacciona el vehículo a un impacto directo? Son preguntas que también hay que plantearse. Uno de los aspectos importantes a tener en cuenta es que no hay tanto riesgo con la batería como te puedas imaginar. Antes hemos hablado de las situaciones en las que se puede incendiar, pero esto no es tan frecuente que ocurra como consecuencia de un impacto. Eso sí, puede ocurrir, y ha ocurrido, así que tampoco hay que pensar en que no existe ningún riesgo.
A esto hay que sumar otro factor importante: la forma en la que el coche recibe el impacto. Para un vehículo clásico, el gran problema es que en la parte delantera se encuentra el motor y eso expone a un gran nivel de riesgo. Se trata de un elemento enorme y pesado que aumenta las consecuencias negativas del impacto. Pero, con los coches eléctricos, no hay nada. El espacio que tienen estos vehículos se utiliza como un interior que tiene distintas aplicaciones y que, en algunos casos, ya ha demostrado ser crucial para salvar vidas. Esta zona recibe el impacto y se deforma protegiendo a las personas que se encuentran dentro del vehículo. Ese mismo tipo de acción también se lleva a cabo en otras de las partes del coche, como el chasis, lo que aumenta el nivel de protección en situaciones de riesgo.
Mayor comodidad
A mayor comodidad, mejor seguridad. Otro de los factores fundamentales de un coche eléctrico es la facilidad de conducirlo y manejarlo, que aumenta al mismo tiempo su seguridad, puesto que el coche carece de motor eléctrico y eso evita que haya vibraciones por las carreteras sobre todo para aquellos pasajeros que sufran mareos o dolores sensoriales, aunque también elude el mal olor por la combustión para las personas que no soporten el hedor que desprenden la gasolina y el diésel, al mismo tiempo que elimina la contaminación acústica.
Por otra parte, los coches eléctricos cuentan con mayor espacio para las piernas en la zona de los pedales y en los brazos gracias a que no tienen ni embrague ni caja de cambios, por lo tanto, su conducción es similar a la de un coche automático, y son muy agradables al tacto para maniobrar en casos extremos, como frenar a tiempo en los pasos de peatones, acelerar con mejor precisión a la entrada de las glorietas o realizar incorporaciones más airosas a la carretera.
Conclusiones sobre su seguridad
Por lo tanto, si nos basamos en lo que hemos comentado y en distintos accidentes que se han producido, se podría decir que los coches eléctricos son seguros. Por supuesto, no son totalmente infalibles. Conduciendo uno no puedes sentir que estás totalmente protegido y que no tienes de qué preocuparte, pero es obvio que algunos de sus avances aportan un punto de vista interesante respecto a la seguridad que transmiten.
Eso no evita que haya muchos incidentes con los Tesla y que no todos terminen con final feliz. De todas formas, los coches eléctricos todavía están evolucionando, aumentando sus zonas de aparcamiento, mejorando y encontrando nuevas formas de convencer a los conductores. Si hoy día reciben el visto bueno de los expertos en términos de seguridad, es muy probable que, en el futuro, las impresiones y la confianza sean todavía mayores.
En otro orden de cosas, también hay especialistas que hablan de cómo hay que mirar a la seguridad que transmiten los coches eléctricos desde un punto de vista diferente: el de los demás vehículos. Porque, aunque para el conductor y los pasajeros el coche pueda ser más o menos seguro, algo diferente ocurre con los demás vehículos que están en la carretera o incluso las bicicletas. El principal motivo de ello se encuentra en el peso. Estadísticamente, los coches eléctricos son mucho más pesados que los de gasolina y eso implica una serie de riesgos en el caso de que se produzca un accidente. Ahora que las carreteras tendrán más y más coches eléctricos, sería algo en lo que los fabricantes se tendrían que fijar.