Los coches autónomos en España en 2023, pero con bastantes limitaciones

Desde los años 90, una época en la que la conducción autónoma todavía sonaba a ciencia ficción, los ingenieros y técnicos de varios grupos automovilísticos trabajaron en los sistemas de asistencia al conductor. En la siguiente década, la industria automotriz cambiará más que en los últimos 30 años, pues a día de hoy nos encontramos ya en los albores de la conducción altamente automatizada. Y en esas, a pesar de todas las dificultades, España está en la búsqueda por regularizar el nivel 3.
La carrera por la conducción autónoma en España
La conducción autónoma es uno de los frentes más populares de la industria del automóvil. El coche eléctrico ha descentrado un poco la atención de los fabricantes, pero de la que esta sigue siendo uno de los focos principales.
Una carrera tecnológica que en gran medida depende de las infraestructuras para ser completamente relevante. En esas, lo cierto es que España no lidera ni se encuentra entre los países mejor preparados, pero la apuesta actual de nuestro país es poder asentar unas bases para que esta se regularice.
La autonomía de este tipo de coches se mide desde el nivel cero, en el que el conductor hace todas las tareas, hasta el cinco, en el que el vehículo puede prescindir de la persona y se conduce solo. Actualmente, en España solo se permite que circulen por la vía pública coches con un nivel dos, un grado en el que los vehículos cuentan con un asistente a la conducción que puede controlar tanto el movimiento lateral como el longitudinal, pero el automóvil no está capacitado para responder ante obstáculos imprevistos. Pero ahora se busca ir un paso más allá para continuar hasta el nivel 3.
El nivel 3 podría llegar en 2023
«Nuestra aspiración es contar con una regulación a partir de nivel 3 de autonomía en un plazo de un año y medio, en 2023«. Es lo que ha dicho José Ordás, quien es subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT, durante la presentación del primer Informe sobre vehículo autónomo y conectado, promovido por la patronal de fabricantes de automóviles española, Anfac.
De este modo, la DGT explica que los plazos para llegar a un Real Decreto no se deben acortar «para dar seguridad jurídica a las empresas», dado que hay que tener en cuenta que «desde que se tiene el borrador, se realizan las consultas públicas pasa por el Consejo de Estado hasta que se materializa en Real Decreto pasa mínimo un año».
Es decir; que el coche ya conduce solo, pero el conductor deberá intervenir en una situación en la que el sistema no sepa cómo responder adecuadamente. La persona también deberá hacerse con el mando del vehículo si existe un fallo técnico. Podemos decir por tanto que el coche es autónomo pero la última responsabilidad recae sobre el conductor. Estos son sus puntos:
- Se precisa conductor y aunque la autonomía sea más elevada, este deberá estar atento para intervenir.
- Tiene sistemas de automatización en lo referente al control de movimiento longitudinal y lateral; detección y respuesta ante objetos.
- El coche podrá decidir cuándo cambiar de carril, frenar para evitar colisionar con otro vehículo, por ejemplo, pero, el factor humano seguirá siendo clave puesto que el sistema puede precisar de su intervención.