La humanidad está invirtiendo grandes recursos para ir a la Luna de nuevo. ¿Pero por qué es tan importante para nosotros? Tal y como analiza una científica llamada Mariel John Borowitz, los beneficios que obtendrá nuestra especie por emprender esta aventura serán superiores a lo que podamos imaginar.
Han pasado más de 50 años desde la primera vez que la humanidad pisó la Luna. A lo largo de estas décadas, aunque hemos deseado volver, ningún plan ha resultado suficientemente convincente para ello. Además, tampoco se veían con claridad los motivos para hacerlo. Pero existen y son muy sólidos. Por eso en 2025 la volveremos a pisar gracias al programa Artemis de la NASA.
A continuación, queremos desgranar las
Hay muchas oportunidades de negocio en la Luna que se irán planteando y desarrollando con el paso del tiempo. Por un lado, aquellas entidades que construyen vehículos o maquinaria necesaria para estos viajes, como los módulos lunares. Por otro, las empresas que tienen previsto comenzar a recolectar recursos de la Luna, desde agua hasta minerales. Y no podemos olvidarnos del turismo lunar, el cual ya está previsto que se convierta en realidad en el próximo año 2024.
En general, a las empresas de la Tierra les atrae el concepto de hacer negocio en la Luna porque hay una gran cantidad de espacio y muchas oportunidades. No es un lugar inhóspito como Marte, sino que se pueden encontrar muchos puntos en los que instalar bases y campamentos, disfrutando de suministro de agua y de iluminación. Al mismo tiempo, también se está planteando la instalación de minas que puedan llegar a descubrir nuevos materiales que quizá lleguen a ser valiosos. Todo ello abre un interesante abanico de posibilidades comerciales del que se aprovecharán, sobre todo, quienes estén a la cabeza.
Motivos geopolíticos
A nadie se le escapa que la primera visita de Estados Unidos a la Luna con el programa Apollo tuvo un efecto geopolítico importante al ayudar a la nación a ponerse por encima de la Unión Soviética de la época. Si en parte ahora el país está presionando para conseguir hacer realidad un proyecto todavía más ambicioso como el Artemis, es porque quieren volver a demostrar músculo. Esta vez su rival es China, con quien también están compitiendo para ver quién llega a demostrar una mayor capacidad en la conquista del espacio.
No obstante, en este caso ninguno de los dos gobiernos está actuando en solitario. Tanto Estados Unidos como China se han abierto de forma flexible para que otros países participen en sus planes y colaboren a la hora de conquistar la Luna como nunca antes. En el caso del programa Artemis, servirá para que se ponga en marcha la estación espacial Lunar Gateway, la cual orbitará la Luna en 2025. Por su lado, China también colabora con algunos países, aunque a menor escala, para que puedan participar de una u otra manera en su desembarco en la Luna.
Ahora mismo se considera que la carrera que viven Estados Unidos y China para llegar a la Luna podría ser una forma de reflejar la manera en la que la política de cada una de estas naciones actúa a ojos del mundo. No obstante, la NASA tiene una hoja de ruta muy específica y no está dispuesta a acelerar los procesos por encima de las previsiones. China todavía está haciendo planes y, aunque podrían adelantar sus procedimientos, al hacerlo también se estarían arriesgando a sufrir problemas. Por ello, todavía falta ver qué ocurrirá en este contexto geopolítico.
Motivos militares
El papel militar en la vuelta de la humanidad a la Luna es, de los tres, el menos relevante. Existen muchos rumores y teorías de cómo los ejércitos del mundo podrían aprovecharse del espacio de la Luna, sobre todo de las zonas más ocultas, para esconder armas. A muchos amantes de las conspiraciones se les ha pasado por la cabeza que ya haya algún gobierno que tenga escondida una poderosa arma en el lado más oculto de la Luna. Pero, tal y como dice la experta, esto acabaría siendo algo poco práctico y posiblemente de un mayor coste del que se pueda imaginar. Por ello, es poco probable que algún gobierno vaya a pensar en iniciar un proyecto como este.
Lo más probable es que, dentro de pocos años, nos hayamos acostumbrado a hablar sobre lo que ocurre en la Luna, los negocios que se realizan en ella y los distintos viajes de una manera que resultará cotidiana. No suena nada mal.