El euro digital está en camino, y podrás pagar con él sin conexión a Internet para mantener la privacidad

No oímos hablar sobre el euro digital todos los días, pero se trata de un proyecto muy vivo dentro de la UE que se encuentra en su fase de preparación, y que podría empezar a probarse a partir de noviembre del próximo año 2025. De hecho, recientemente el Banco Central Europeo publicó un nuevo informe en el que explica qué novedades hay en su desarrollo, incluyendo algunos comentarios sobre la privacidad de esta futura moneda que van a interesar mucho a los más escépticos, y que conviene ir conociendo.
El documento publicado en junio por el BCE, que supone el primer informe sobre avances en la fase de preparación, confirma que la entidad monetaria considera la privacidad del ciudadano como uno de los pilares principales del proyecto. Por ello, según transmiten desde el banco central, este euro digital tendrá una modalidad de pago offline, es decir, sin conexión a Internet, con la que se mantendrían unos niveles de privacidad «similares a los del efectivo». Igualmente, para los pagos online, el BCE contempla un sistema que no permita asociar directamente al con sus pagos, manteniendo también un cierto velo de anonimato.
La modalidad de pago offline funcionaría haciendo previamente una recarga en un cajero o en un momento en el que sí estemos conectados, pudiendo usar posteriormente este saldo para pagar entre amigos, o para pagar en comercios físicos sin necesidad de conexión a la red. Las tecnologías con la que se podrían hacer estas transacciones sin Internet serían el NFC y el conocido como chip de elemento seguro (secure element), presentes ya en la mayoría de smartphones: Estas herramientas ya existentes «se utilizan comúnmente con fines de identificación, telecomunicaciones y transporte y podrían utilizarse también para implementar la solución del euro digital offline, permitiendo a los s descargarla y utilizarla fácilmente en sus dispositivos móviles sin tener que acudir a una sucursal bancaria para verificar su identidad», indican desde el BCE.
De esta forma, «la funcionalidad sin conexión permitiría realizar pagos sin conexión a Internet, por ejemplo, a corta distancia, en lugares con cobertura de red limitada y en caso de cortes de electricidad», explican.

Para usar el euro digital, el BCE tiene pensadas dos opciones principales: abrir una cuenta en nuestro banco dedicada a esta divisa digital, o bien conectar una cartera de euro digital a nuestra cuenta habitual para no tener que recargar saldo manualmente, sino que podamos usar directamente el dinero de nuestra cuenta principal.
Asimismo, se han comprometido ya a no usar datos recabados por el sistema del euro digital para fines comerciales, y a no transmitir a nuestro banco ninguna información más allá de la imprescindible para que puedan cumplir con la normativa europea de blanqueo de capitales. Asimismo, con motivo de proteger la estabilidad financiera, las tenencias de euros digitales no se compensarían mediante intereses, y se aplicaría un límite a la cantidad de euros digitales que se puede tener en posesión.
Especial atención al modo offline
La posibilidad de pagar usando dos dispositivos (el del cliente y el de la empresa) que puedan estar ambos desconectados de la red es un asunto al que el Eurosistema está dando mucha importancia, asegurando que han «intensificado los esfuerzos» para el despliegue de esta modalidad.
Según detallan, el éxito de esta implementación dependerá de cómo la legislación afecte a los fabricantes de teléfonos móviles, y es que, depender de especificaciones concretas en el hardware del smartphone podría significar que algunos ciudadanos tengan más facilidad para usarlo que otros, algo que contradice el principio fundamental de que el euro digital pueda ser usado con igualdad de condiciones por todos los ciudadanos en todos los países de la UE.