El apagón que dejó a España sin luz durante un día entero ya comienza a tener sus primeras consecuencias. Sin embargo, no son las que nos esperábamos y es que afectarán directamente a nuestro bolsillo. Te lo contamos.
España vivió el pasado 28 de abril uno de sus momentos más insólitos de la historia moderna: una cadena de fallos de la que todavía no se conocen los motivos, derivó en un apagón masivo que dejó sin luz a toda la Península Ibérica, incluyendo a nuestro país vecino, Portugal. Una situación que nadie esperaba vivir, pero que nos dejó incomunicados y sin suministro eléctrico a todos los ciudadanos en uno de los días más caóticos que se recuerdan.
Cuando apenas faltan unas horas para que se cumpla un mes de dicha situación, empezamos a conocer algunas de las primeras consecuencias. Sin embargo, no son las que esperábamos. Y es que, según apuntan desde VozPopuli, las comercializadoras ya están avisando a sus clientes de un incremento de precios que se reflejará en las facturas eléctricas durante los próximos meses. Aunque, de momento, el impacto del incremento de la tarifa afectará a algunos segmentos de clientes, no a todos. No obstante, todo apunta a que en un futuro cercano todos los hogares se podrían encontrar ante la misma situación.
Un incremento de precios para mantener las infraestructuras
En los correos electrónicos que están enviando las comercializadoras a sus clientes, se explica que desde el apagón ha subido el precio de los servicios que garantizan la estabilidad del sistema, lo que ha provocado que se haya disparado el precio que tienen que sostener las comercializadoras para poder seguir distribuyendo electricidad con normalidad.
Una de las razones es la entrada del mix energético del gas, que incrementa el precio del megavatio. Red Eléctrica tomó la decisión de dar más protagonismo al gas, puesto que los ciclos combinados tienen una mayor capacidad de reacción para que, en el caso de que haya nuevos incidentes, se pueda restablecer el servicio. Sin embargo, el coste de la materia prima es más cara que las renovables, lo que provoca que el precio del MWh esté presentando una gran volatilidad.
Esta situación contrasta con los días previos al apagón, cuando el precio del MWh se mantuvo una línea bastante discreta, con precios muy contenidos que anticipaban un cambio de tendencia como ante el que nos encontramos.
La tarifa regulada, la principal damnificada
Los s que tienen la tarifa regulada contratada para sus hogares son los principales damnificados, al depender del mercado diario. Se estima que el precio del recibo de la electricidad de los hogares que tienen vinculación con este mercado superará los 43€ este mes de mayo, algo más de un euro y medio más caro de lo que los consumidores pagaron en abril, según los datos de la CNMC.
En el extremo opuesto nos encontramos con los hogares con tarifa libre, que no parece que vayan a notar los efectos en el corto plazo. Aunque todavía queda la incógnita de cómo se comportará durante los próximos meses. Es probable que las distribuidoras hayan optado por reflejar los costes únicamente en el mercado regular en una primera fase, esperando a tener más datos para expandir las medidas al resto de sus clientes. Aunque todavía se desconocen las acciones que pueden tomar en un futuro.
De momento, y siempre siguiendo la misma fuente, parece que las grandes compañías eléctricas todavía no se han pronunciado y todo apunta a que están monitorizando el mercado hasta conocer si el incremento de los costes se mantendrá en el tiempo o si, en su defecto, todo volverá a la normalidad a medida que vaya pasando el tiempo. Aunque la modificación del mix energético apunta a la tendencia contraria.