¿Qué te parecería si la próxima vez que vayas a la consulta de tu médico de cabecera te atendiera una IA y no tu propio médico? ¿Y si lo hicieras todo digitalmente como en los servicios de Telemedicina? La tecnología está cambiando y, antes o después, este tipo de novedades llegarán a la medicina del mundo entero. Quién sabe cómo será la Seguridad Social del futuro.
Un nuevo estudio ha querido descubrir qué opinan los ciudadanos sobre la posibilidad de encontrarse con que su doctor de cabecera cambia para convertirse en una IA. Y los resultados hay que decir que son sorprendentes, puesto que un 48% de los encuestados reconoce que aceptaría amoldarse a este cambio tecnológico.
La IA en la consulta
El estudio ha aparecido publicado en PLOS Digital Health, donde se ha hecho un repaso a cuáles son los motivos por los que los participantes en la investigación aceptarían tener una IA como doctor. También se han destacado los aspectos por los que el 52% prefiere seguir con un servicio de atención médica tradicional.
Entre los resultados también se aprecia que, como se podría imaginar, las personas mayores son más reacias a usar la IA en los hospitales y que, ante todo, se acepta la presencia de estos sistemas como soporte para que los doctores humanos hagan mejores diagnósticos. Es decir, que una IA podría ser la asistente del doctor y que este pueda consultar con ella posibles dudas. Los conocimientos y el enfoque de pensamiento de la persona serían lo que haría que se tocaran las teclas necesarias para que el trabajo de la IA tuviera más fiabilidad. De todas formas, es importante volver a remarcar que ese 48% de los participantes del estudio, en gran medida, aceptaría la inteligencia artificial incluso si trabajara de manera independiente sin el soporte de un humano.
Otro dato interesante es que, cruzando y analizando los resultados, se aprecia que los participantes del estudio no demuestran predilección por la IA en casos de enfermedades determinadas. Se pensaba que quizá los pacientes estarían más abiertos a la inteligencia artificial en situaciones de diagnóstico sencillo, como la apnea del sueño, pero los resultados indican que no hay ninguna diferencia. Así, llegarían a aceptarla de la misma manera incluso a la hora de diagnosticar y tratar enfermedades más complicadas como la leucemia.
Liderado por el profesor Marvin J. Slepian y elaborado por un equipo de especialistas de La Universidad de Medicina de Arizona y la Universidad de Texas, entre otras entidades, el estudio será clave para continuar trabajando en la implementación de la IA en el entorno de la medicina.