Los actores de voz han encontrado en la IA un problema que no esperaban. Algunos han comenzado a hablar de cómo están encontrándose con que su voz se usa sin límites en todo tipo de páginas web y servicios porque, cuando hicieron determinados trabajos, no se plantearan que esta tecnología pudiera avanzar como lo ha hecho. Ahora están en shock y en serias dificultades, porque los clientes usan sus voces sin tener que pagarles absolutamente nada. La situación es muy problemática.
Posiblemente a la actriz de voz que ha hablado con Bloomberg de lo ocurrido no la conozcas, dado que trabaja de forma local en Irlanda, pero no es algo que importe. Allí es donde Remie Michelle Clarke ha participado en, entre otras cosas, poner voz al asistente de Bing en su país natal. Su vida ha cambiado radicalmente en las últimas horas a partir de que un amigo le preguntase sobre otro supuesto trabajo que había hecho. Pero Clarke, desconocía ese lugar donde se había usado su voz. La IA tiene la culpa.
El shock del descubrimiento
Cuando ese amigo le preguntó a Clarke sobre el trabajo, se quedó extrañada. ¿Qué trabajo? Si ella no había participado en ningún proyecto de esas características. Al investigar un poco en la red, se encontró con la web y descubrió que se trataba de un servicio que pasa de texto a voz cualquier redacción que los clientes introduzcan en la herramienta. Su voz la encontró comercializada como la de «voz genérica de mujer irlandesa» y apreció que los s de la página podían pagar a la misma para que su voz dijese absolutamente cualquier cosa. Ella no había grabado esas palabras, pero la IA se ocupaba de generar la voz tomando la suya de referencia. ¡Y lo que suena es ella, sin ninguna duda!
A estos actores de voz no solo les preocupa que puedan acceder a menos ofertas de trabajo, sino que también tienen muy en cuenta que sus voces acaben siendo utilizadas en estafas y que eso haga que sus clientes futuros se piensen dos veces en contratar sus servicios. Porque si una voz acaba en demasiados scams, es más que probable que las empresas no la quieran tener en sus servicios legales para evitar confusiones.
Por ahora, es un tema que todavía está dando sus primeros pasos y los actores de voz tendrán que comprobar si tienen la oportunidad de luchar legalmente para evitar que sus voces se sigan vendiendo de esta forma, sin autorización y sin ningún tipo de límite. Al mismo tiempo, también les preocupa saber quién ha acabado vendiendo sus registros. Clarke menciona que le preocupa mucho que haya sido la propia Microsoft la que lo hiciera, aunque no tiene ninguna prueba de ello.