Cada vez es más común ver a la gente pagar con el móvil. Muchos smartphones cuentan con tecnología NFC que permiten utilizar la tarjeta de débito o de crédito y, además, existen establecimientos que permiten pagar con Bizum. También recurrimos bastante a las compras online, donde la opción de pagar en efectivo no es posible. Los avances tecnológicos han hecho que cada vez tengamos más opciones de pago y que algunos casi nunca lleven billetes y monedas en su cartera. La situación nos aleja cada vez más del dinero en metálico y hay quien se plantea si dejará de existir en algún momento.
La tecnología evoluciona a pasos agigantados y, con ello, nuestra forma de vivir la vida. En este contexto, la gestión rutinaria de nuestros cobros y gastos la realizamos a través de nuestro propio smartphone o mediante el navegador de Internet en el ordenador. El mundo se ha digitalizado y hoy en día pagamos continuamente con el teléfono móvil o smartwatch. La mayoría de establecimientos aceptan pagos con tarjeta y, por lo general, no tendremos problemas con pagar de ese modo en cualquier sitio. Sin embargo, todavía hay locales que no lo permiten y, por ese motivo, nunca está de más llevar en el bolsillo unas cuantas monedas por si las moscas.
Hay que tener en cuenta que en algunos pequeños comercios no aceptan cierta cantidad de dinero con tarjeta en sus respectivos TPV (terminal punto de venta). La razón que dan es que los bancos cobran una comisión y, si es poco lo que hay que pagar, les sale mejor que sea en metálico. Cuando se dan esas situaciones, la única opción que nos queda es pagar en efectivo. A algunos les molesta tener que llevar efectivo en la cartera por si acaso y esperan con ansias a que deje de ser necesario.
Sea como fuere, cada vez es menos frecuente que paguemos con dinero en efectivo, y a nivel europeo es una práctica que se encuentra actualmente en desuso. A la pregunta de si el dinero físico puede llegar a desaparecer en algún momento de nuestras vidas, los expertos en la materia difunden que los billetes y las monedas desaparecerán antes de 2030. Y eso se debe a la gran bajada del uso del dinero en efectivo por parte de las personas para hacer compras en tiendas físicas. Ni más ni menos que, de 2019 a finales de 2022, ha bajado casi un 20%. Aunque, puede que dure más de lo que habíamos pensado en un principio.
El 66% de compras son en efectivo
A finales de 2022, pudimos ver los resultados de un estudio en el que, el dinero en efectivo, seguía siendo el medio de pago más usado en España (en tiendas físicas). De hecho, el porcentaje de compras con dinero en efectivo es del 66%. Aunque, como hemos mencionado anteriormente, en 2019 era del 83%, por lo que ha ido cayendo con el paso de los años y la expansión de otros métodos como el pago móvil.
Lo que está claro es que el dinero electrónico se ha ido generalizando en estos últimos años y el uso de efectivo cada vez ha ido a menos. Además, es bastante raro encontrar una tienda en la que no se acepte pagar con tarjeta de crédito o con el smartphone mediante el pago less.
Además, desde la llegada de la pandemia del Covid-19, lo cierto es que el Banco de España ha dejado claro que la reducción del uso del dinero en efectivo se ha dado más rápidamente de lo que se había previsto. Por ejemplo, en Europa, en 2022 solo el 59% de las compras en tiendas físicas se sigue haciendo en efectivo. En 2019, el porcentaje era del 72%. Por lo que, en nuestro país, todavía existe una mayor dependencia al dinero en metálico. Y no solamente esto, sino que cada vez son más las limitaciones que se fijan del uso de dinero en metálico con el fin de controlar el uso de este en nuestro país, como el dinero que se puede llevar encima por la calle o el máximo que se puede dar al realizar un pago en efectivo.
Límite para pagar en metálico
Además de que cada vez se va reduciendo más el uso del dinero en metálico para hacer pagos o compras, lo cierto es que, en España, desde finales de 2021, el límite para pagar en efectivo es menor que hace unos años. Si antes estaba fijado en los 2.500 euros, ahora los pagos no pueden pasar de los 1.000 euros. Y todo con el objetivo de evitar una economía sumergida.
Por tanto, es más común, hoy en día, realizar grandes pagos a través de otros métodos, como puede ser PayPal o transferencias bancarias. Además de pagar con el móvil o tarjeta de crédito. Todo esto nos lleva a lo mismo: vivimos en un mundo cada vez más digitalizado.
Es por esto mismo por lo que, según vayan pasando los años, el dinero en efectivo desaparezca. Por lo que, de aquí a unos años, incluso antes de 2030, podremos ver como el dinero en metálico desaparece por completo. No obstante, según los hábitos de consumo de la sociedad, pronto veremos si se cumple finalmente esta profecía.
Inconvenientes de que desaparezca
Que el dinero en efectivo desaparezca en algún momento, presenta una serie de inconvenientes que no todo el mundo tiene en cuenta. Entre los puntos más importantes se encuentran los siguientes:
- Exclusión financiera: No todas las personas tienen a servicios bancarios, un smartphone de calidad o tarjetas de crédito/débito, y la eliminación del efectivo podría dificultar aún más su inclusión financiera. Aquellos que no tienen a estos servicios tendrían dificultades para realizar transacciones y podrían quedar excluidos del sistema financiero.
- Pérdida de privacidad: El uso del efectivo ofrece un cierto grado de privacidad, ya que las transacciones no quedan registradas en ningún sistema. Sin embargo, si el efectivo desaparece, todas las transacciones quedarían registradas electrónicamente, lo que podría ser utilizado para rastrear el gasto y los hábitos de consumo de las personas. Por lo que se convertiría en una medida de control de los s, puesto que a través de los gastos se puede saber qué ha hecho e incluso dónde está alguien.
- Riesgo de ciberdelincuencia: La eliminación del efectivo podría hacer que el sistema financiero sea más vulnerable a los ciberataques y la ciberdelincuencia. Si todo el dinero estuviera en cuentas electrónicas, acabaría siendo más fácil para los delincuentes hackear esas cuentas y robar dinero.
- Fallos técnicos: Si todo el dinero se almacena electrónicamente, cualquier fallo técnico en los sistemas informáticos podría impedir que las personas accedan a su dinero. Si los sistemas bancarios o de pago fallan, las personas no podrían comprar bienes y servicios, lo que podría generar problemas económicos y sociales. Es cierto que este punto no es algo que se suela dar de manera frecuente, pero si falla, entonces los s no tendrían a sus cuentas. Al fin y al cabo, los apagones de electricidad siguen siendo algo que ocurre de vez en cuando.
- Costes adicionales: Algunas personas podrían verse obligadas a pagar costes adicionales para usar servicios bancarios y sistemas de pago electrónicos. Aunque los pagos electrónicos son convenientes, no todas las personas pueden permitirse pagar los cargos adicionales asociados a su uso.
¿Se podrá pagar solo con el móvil?
Estamos hablando mucho de lo que puede pasar en el caso de que desaparezca el dinero en metálico, pero la gran pregunta está en el aire: ¿cuándo ocurrirá esto? De momento son pocos los países que están haciendo esta transición de lo físico a lo digital, y no es tarea fácil. Suecia, Noruega o Países Bajos son algunos ejemplos cercanos donde ya están haciendo estos cambios, aunque la respuesta de las instituciones públicas y la sociedad intentan que las transacciones físicas no se pierdan hasta porcentajes muy bajos.
El caso es el de Suecia, que ya en 2020 informó que solo el 9% de los movimientos de dinero eran físicos. En China, son contrarios: algunos bancos apuestan por el futuro puramente digital y reniegan del uso de monedas. En España, se deduce que nuestra sociedad está más cerca de mantener el pago en monedas y billetes antes que perderlo. De hecho, a pesar de lo aprendido durante la pandemia, existen personas que han recuperado la confianza en el formato físico. Lo más probable es que mantengan ese equilibrio en los próximos años.
Todo apunta a la convivencia
Lo que parece estar claro actualmente, es que los pagos digitales no van a desbancar por completo al dinero físico. Igual que hay personas que odian pagar en metálico, algunos rechazan pagar con tarjeta en todos lados. Al haber una gran polarización en este sentido, no es probable que se destierre totalmente un método frente al otro. Esto causaría un descontento colectivo enorme. Parece lógico que el uso del metálico haya decrecido dadas las nuevas opciones disponibles. Pero su total desaparición en el futuro próximo resulta inverosímil. El efectivo sigue siendo el formato preferido en pequeños locales de barrio, por ejemplo.
Aunque, también hay que decir que no es raro encontrarse con alguna pequeña tienda o peluquería en la que exigen un pago por Bizum. Esto dista mucho de ser la mejor opción por varias razones. En primer lugar, hacer un Bizum es infinitamente más molesto que pagar con tarjeta. Tenemos que agregar el o en el móvil, entrar en la app, seleccionar el importe, y confirmar. Esto resulta engorroso. También es injusto, dado que algunos locales usan este método para intentar pagar menos impuestos a Hacienda, algo que no debería tolerarse.
Compras online
Lo cierto es que el aumento de la venta de productos a través de Internet ha sido escandaloso, sobre todo cuando la gente no podía acercarse a comprar a los supermercados en época de pandemia. Y es que este tipo de prácticas para consumir productos se está poniendo más de moda que nunca con la aparición de nuevas tecnologías y hay tiendas que solamente funcionan a través de su plataforma online, sin tener a cargo una tienda física. Por lo tanto, el pago en efectivo se reduce a grandes rasgos.
No obstante, también es destacable que este tipo de compras se incremente en fechas señaladas, como las ofertas del Black Friday o los días sin IVA. Asimismo, es posible que una tienda haga descuentos exclusivos si descargas su aplicación para móviles o que solamente estén disponibles en su tienda online, como es el caso de Amazon, MediaMarkt o PcComponentes, entre otras.