Viajar en coche usando el móvil como GPS es lo más normal del mundo. Pero tan normal como hacerlo es que el dispositivo acabe calentándose más de la cuenta. ¿Y qué puedes hacer en ese momento? Lo cierto es que hay muchas opciones, pero la que te vamos a comentar en este caso posiblemente nunca se te haya pasado por la cabeza.
Cuando estás conduciendo y tienes el móvil al lado sirviendo de guía, es normal que la temperatura que alcanza el dispositivo sea elevada. La luz del sol pegando directamente sobre el terminal, tener varias aplicaciones abiertas al mismo tiempo o el uso del GPS con Google Maps o
Dice que se encontró en una situación crítica porque su móvil se apagaba de forma constante debido a la alta temperatura que estaba alcanzando. Lo había probado todo y decidió hacer una parada en la gasolinera más cercana para improvisar una medida desesperada. Al final, como te vamos a contar, le terminó saliendo bien, lo que no deja de resultar curioso.
¿Qué es lo que hizo?
Lo primero de todo, compró un vaso-taza de plástico fabricado con poliestireno. Hace especial hincapié en que tenía que ser el más grande posible, así que, si estás replicando este método, también te recomendamos ir a por el de mayor capacidad. Si no sabes qué es el poliestireno, se trata de plástico. Puedes comprobar en Google con una búsqueda para ver el tipo, pero como puedes apreciar, no es nada complicado de encontrar en una gasolinera.
Tal y como él dice, esta misma idea se puede replicar de forma un poco más eficiente, aunque mantengas la filosofía del truco rústico. Por ejemplo, pon hielo cubierto por una toalla pequeña para que esta absorba la condensación del agua y luego coloca el móvil encima. Será igual de práctico y podrás mantener el móvil enfriado sin tener que complicarte tanto. Eso sí, recuerda que el frío extremo tampoco es bueno para tu dispositivo, así que no te emociones y lo termines congelando. Pero como plan loco en una situación en la que no tengas otra opción… ¡puede ser interesante! Eso sí, recuerda ser cuidadoso.