Digi desafía al resto del mercado con una decisión que puede salir muy cara

Como bien dice su eslogan, «Digi va por libre», e indudablemente la compañía rumana lo plasma a la perfección en su estrategia comercial. Al parecer, sus intenciones de salir fuera de España todavía no se encuentran en su agenda para los proyectos de este año, por lo que todo indica que se mantendrá alejada de cualquier acuerdo o alianza que se produzca en el compendio europeo. ¿Esto le deja en buen lugar o supone una jugada demasiado arriesgada que compromete su negocio?
El sector de las telecomunicaciones está que arde, después de que Orange y MásMóvil dieran el pistoletazo de salida a una más que probable guerra de fusiones entre empresas de telefonía. Los gabinetes responsables de cada teleoperadora vuelven a estar al acecho para poder afianzar su posición y aprovecharse de oportunidades financieras que surjan más allá de nuestras fronteras. De hecho, ya se están comenzando a vislumbrar ciertos movimientos con la principal finalidad de mejorar los números y tener sobre la mesa un buen colchón donde acomodarse.
Por un lado, Telefónica lo tiene bastante claro y ya ha dicho por activa y por pasiva que los mayores ingresos vienen de fuera y, si se quiere seguir creciendo, lo mejor es invertir en el resto de mercados, como es el caso de Europa. Sin embargo, Digi continúa mirando de lejos esta conducta y, por ahora, su principal misión es concentrar su expansión por España.
Digi no quiere competir en Europa
Poco a poco se va reforzando el panorama de las teleco y la Comisión Europea ahora pide que las operadoras más grandes del continente europeo reúnan fuerzas para hacer frente a los proveedores de Internet estadounidenses y asiáticos. La primera en generar interés en el impulso de operaciones de consolidación es Telefónica y su presidente Marc Murtra ya tiene claro el camino que se debe seguir para alcanzar los objetivos marcados. Para ello, es necesario conversar y acercar posturas con otras compañías que tengan la misma pretensión, pero el terreno no hace más que pronunciarse en su contra.
Por otra parte, Digi se considera como el actor más atractivo para aminorar la brecha que sustenta el conglomerado MasOrange y así tener garantías de desafiar a los rivales más fuertes, pero ni por esas se establece un nexo de unión con la cuarta operadora que arrasa cada mes en número de clientes. La realidad es que la rumana no cambia de parecer y sus planes están regidos por crecer en España por separado, con la renuncia a cualquier tipo de operación que requiera de una asociación con otras entidades y que su reto se encuentra ligado al crecimiento orgánico en los países en los que actualmente está presente, como son España y Rumanía.
¿Una decisión problemática para Digi?
Llegados a este punto, y con Digi sentado en el banco opuesto con la firmeza absoluta de no querer venderse con la duda de si ha tomado o no la determinación más adecuada. No obstante, sus números hablan por sí solos y en el primer trimestre ya ha registrado más de 217 millones de euros y los clientes no hacen más que crecer, con más de 9 millones en este mismo periodo. Ahora bien, su beneficio bruto ha sufrido un estancamiento, pues solamente ha aumentado un 3 % con respecto al ejercicio anterior, y es ahí donde más pueden repercutir sus resultados. Aun así, sus responsables son optimistas de cara a finales de 2025.
¿Qué opciones quedan? Debido a este embrollo, es muy posible que Telefónica quiera optar por hablar con Vodafone y sustraer una propuesta de lo más jugosa. No parece que la compañía española las tenga todas consigo, pues detrás aparecen ciertos intereses por ambas partes y todo podría quedar en terreno de nadie al no llegar a un previo acuerdo, pero, visto lo visto, si los británicos quieren mejorar sus ingresos, deberán optar por la vía de la fusión. Sea como fuere, todavía queda mucho por ver de cara a una posible adquisición.