Todos sabemos que, en muchas ocasiones, el marketing se encarga de disfrazar la realidad o en hacernos creer algo en concreto. En el mundo de las telecomunicaciones se han esforzado mucho en vendernos la velocidad como un elemento clave en las conexiones, cuando realmente es una “herencia envenenada” de otros tiempos. Hoy en día, la (práctica) totalidad de las conexiones a Internet son perfectamente capaces de darnos a todos los servicios sin ningún tipo de problema y seguir apostando por anunciar tu compañía como “la que más velocidad ofrece en España” o “la que tiene la red de fibra más rápida” es algo que carece totalmente de sentido.
No son los únicos, pero hace unos días veíamos que Digi se jactaba de haber sido reconocida “como la más rápida de España, superando ampliamente la velocidad registrada por el resto de operadores por los prestigiosos Ookla® Speedtest Awards™”. La realidad es que esto no indica demasiado, aunque los operadores se encarguen de recordárnoslo nota de prensa tras nota de prensa. En el caso del Grupo MásMóvil, sucede más o menos lo mismo al recordarnos que son “el operador con la red de fibra más rápida de España en 2020 según un estudio de la empresa nPerf”.
El operador más rápido en qué y para qué
Decir que somos el operador más rápido en base a un solo estudio o medidor de velocidad es algo que no aporta nada al cliente en realidad. De hecho, en ADSLZone tenemos nuestro propio
Todos estos estudios hablan simplemente de mediciones realizadas en un periodo de tiempo, pero nunca o casi nunca especifican los servidores contra los que se han realizado esas mediciones. No se saca una media de la velocidad que ofrecen en varios servicios como navegación web por las 100 páginas más visitas del país, a Google Maps, Gmail, Outlook, Facebook, Twitter,
Podría ser más justo realizar mediciones de las mismas modalidades a ver quién ofrece más en función de lo contratado, es decir, enfrentar todas las conexiones de 300 Mbps, las de 600 Mbps o las de 1 Gbps, tal como argumentan perfectamente en El Confidencial. Además, basta comprobar que con la fibra recibimos la velocidad contratada y, si no es así, es posible que tengamos un problema que nuestro operador deba solucionar.
Los s deberían dejar de prestar atención a estas cifras o, al menos, tomarlas como un dato más a la hora de elegir operador. Estas se deben agregar a los estudios de incidencias o tiempos de resolución de averías, al precio, a las ofertas puntuales, a la cobertura e incluso a la experiencia de personas que nos merezcan confianza. En resumen, un estudio de velocidad no puede ser un elemento para jactarse de tener la “mejor fibra de España”.