Muchas personas recomiendan que, si la señal a Internet no funciona correctamente en casa, compremos un repetidor WiFi. Este dispositivo amplía la cobertura cuando esta no llega a todos los rincones del hogar de manera homogénea. Sin embargo, un repetidor no siempre es suficiente. Es conveniente conocer cómo funciona exactamente y cuándo puede ser útil para no perder el dinero comprando uno si no nos va a servir.
El repetidor o amplificador WiFi ha llegado a salvar a muchos hogares de los fallos de conexión. Es normal que, cuando tenemos un problema, haya una persona que nos aconseje probarlo. De hecho, los propios técnicos expertos de tu operador pueden llegar a recomendarte adquirir uno para distribuir bien la red. Con estos aparatos, puedes hacer que la máxima velocidad de Internet llegue al rincón más alejado del router en un piso, pero no siempre hace maravillas.
Lo que hace un repetidor WiFi, como su propio nombre indica, es coger la señal del router que llega hasta él y rebotarla a otros puntos para que llegue más lejos. No mejora la señal, sino que la estira para que puedas conectarte desde cualquier punto. Por lo tanto, no es ningún aparato mágico que vaya a lograr milagros si el problema está en el Internet. Existen casos en los que un repetidor no nos ayudará y será como tirar el dinero. De forma general, siempre que podamos llevar cable de red de alguna forma, el rendimiento de la conexión en esa zona de la casa será mucho mejor.
Muy lejos del router no tiene ningún sentido
No debes usar un repetidor WiFi si vas a colocarlo muy lejos del router. Es decir, si quieres extender la señal a las habitaciones que están más lejos del PAU o donde tengas colocado el router porque la señal no llega o llega débil… ¿Es buena idea?
Colocar un repetidor en esa zona de la vivienda donde no tienes Internet para intentar que alcance es una tontería y no te servirá para nada. El repetidor necesita conectarse al router para poder replicar o extender esa señal y si la señal que llega al repetidor es demasiado débil, no será suficiente colocarlo para poder conectarnos a Internet.
Utiliza un router viejo
Si tienes un router que no usas, puedes darle una nueva vida y utilizarlo como amplificador de señal. Eso sí, necesitarás conectar el router secundario por cable con tu router principal para que la señal llegue correctamente.
Si decides utilizar un router antiguo como amplificador, solo tendrás que desactivar el servidor DH para que no se creen conflictos de IP entre ambos routers y configurar el WiFi del router que vas a instalar con el mismo nombre y contraseña que el router principal para evitar que los dispositivos que se conectan a través del WiFi estén continuamente cambiando de red.
Una manera sencilla y económica de conseguir un repetidor WiFi para amplificar la señal inalámbrica en aquellas habitaciones donde no llega con suficiente potencia.