Nos las prometíamos muy felices cuando a mediados de 2023 entraba en vigor una nueva ley que prohibía las llamadas comerciales no deseadas. Esto, a todas luces, iba a significar el golpe de gracia para las llamadas spam, pero la realidad es que no ha sido así y apenas se han reducido, por lo que es hora de analizar qué está fallando y si de cara a 2024 esta normativa podrá tener validez real además de la teórica.
Actualmente, la nueva normativa solamente ha servido para evitar poco más que un 10% de las llamadas telefónicas comerciales. ¿Hay alguna solución a la que podamos agarrarnos ahora mismo? ¿O tenemos que esperar a que se renueve nuevamente la ley?
9 de cada 10 todavía reciben llamadas spam
Los datos sobre la ineficacia de las medidas anti-spam puestas en marcha a mitad de año son demoledoras. Se estima que 9 de cada 10 personas todavía reciben estas molestas llamadas de empresas energéticas o de telecomunicaciones en su gran mayoría, según recogen datos de
El Artículo 66 de la renovada Ley General de Telecomunicaciones recoge este derecho a identifica a la empresa para la que trabaja.
En cuanto a la justificación para seguir llamando, el texto legal de la LGT falla en dos puntos principales: que en algún momento el haya prestado su consentimiento, algo que puede ser tan sencillo como aceptar las cookies de tu área personal de cliente, o que haya un llamado «interés legítimo» en la llamada, no solamente muy complicado de determinar si la llamada tiene valor real o no, sino que esto abre la puerta a todo tipo de interpretaciones.