Los ciberdelincuentes aprovechan cualquier oportunidad para estafarnos y robar nuestros datos personales o bancarios. Los objetivos casi siempre son los mismos: suplantar nuestra identidad y/o robar dinero. Sin embargo, las tácticas empleadas son muy diversas. Un tipo de tipo consiste en realizar llamadas automatizadas con el fin de que iniciemos una conversación por WhatsApp.
Las estafas telefónicas son cada vez más comunes. Hay s que prefieren no responder cuando el número es desconocido. Pero si esperas una llamada importante, como una posible entrevista de trabajo o algo parecido, es normal que prefieras contestar. Lo mejor es contrastar antes el teléfono en ListaSpam o alguna plataforma parecida, pero este proceso es muy laborioso y no siempre es posible hacerlo. Al ser un número aparentemente español, posiblemente prefieras correr el riesgo y descolgar. Si al otro lado de la línea escuchas una llamada automatizada, cuelga de inmediato.
Hay veces que puede resultar complejo adivinar si la persona que llama es una máquina o es real, sobre todo tras el avance de la inteligencia artificial (IA). Por ese motivo, estate alerta a otro tipo de pistas, como que te pidan que les escribas por WhatsApp a un número. Da igual la excusa que inventen, desconfía.
A mí, me han llamado ya por lo menos tres veces y el mensaje casi siempre es parecido. Una voz sintética me dice que tiene algo importante que decirme, y me pide por favor que añada el número a WhatsApp. Supongo que querrían que añadiese el número a os y que, después, iniciara yo una conversación en WhatsApp para preguntar de quién se trata.
Creo tener claro cuál es su intención: buscan picar la curiosidad de las personas y hacer que alguien crea que puede tratarse de algún familiar o amigo lejano, o de alguien que, aunque sea un desconocido, tiene de veras algo relevante que comunicarnos. Alguien poco precavido podría caer y hablar a este número desconocido por WhatsApp. A partir de ahí, no sé cómo seguiría la estafa, pero probablemente sería muy similar o igual a la de cualquier otra: dirían que son un familiar o alguien importante para nosotros por alguna razón, y nos engatusarían para llevar a cabo alguna acción que pondrá en peligro nuestra cuenta del banco. También podrían fingir darnos un lucrativo trabajo.
La curiosidad mató al gato
A partir de ahí, la táctica ya la conocemos todos. Lo que me llamó la atención fue que estuvieran usando inteligencia artificial (o algún mensaje real grabado, que no lo descarto), para pedir a la víctima que añada el número a WhatsApp ella misma, en lugar de iniciar ellos el o directamente por esta vía. Puede tratarse de otra estrategia de ingeniería social con la que suscitar la curiosidad o preocupación y hacen que la iniciativa la tome la víctima, volviéndola más vulnerable y facilitando que ignore las señales de alerta.
Los estafadores emiten así una llamada a la acción que puede servir de cebo para aquellos que no estén muy al tanto de estas cosas, para personas mayores o para esos a los que aplica el dicho de ‘la curiosidad mató al gato’. En mi caso, en cuanto reconozco que quien habla es una voz sintética, o escucho que me piden añadir el número a mi WhatsApp, cuelgo e ignoro. Es lo que tú también deberías hacer.
Puede parecer una tontería, pero en una sociedad en la que a menudo nos mueve el movimiento rápido sin mucho razonamiento, y en la que los sentimientos ansiosos o la preocupación están a la orden del día, no hay que descartar que este tipo de ingeniería social sirva para llevar a algunos incautos a la boca del lobo.