Los reproductores multimedia Android están más baratos que nunca. No es raro encontrar dispositivos con 4 GB de RAM, 32 o 64 GB de memoria interna y un procesador capaz de reproducir contenido en 4K por apenas 30 euros. Sin embargo, ¿son realmente seguros estos dispositivos?
Hoy en día no hay ningún sistema operativo 100% seguro, donde algunos como Windows 10 reciben parches mensuales que solucionan más de 100 vulnerabilidades. En Android ocurre lo mismo, con decenas de fallos de seguridad que se parchean cada mes. Aquí tenemos una primera muestra del problema que entrañan los reproductores multimedia Android.
No reciben actualizaciones tras su lanzamiento
Cuando compramos un reproductor multimedia con Android actualmente, es una suerte ya que vengan con enlaces IPTV o para usar apps como YouTube o Netflix.
Pueden traer software preinstalado con malware
Al riesgo de no tener actualizaciones de seguridad hay que sumarle el hecho de que no sabemos mucho sobre los vendedores de estos dispositivos. Algunos si son de marcas algo conocidas, pero el resto son marcas blancas o directamente no llevan ninguna marca, lo que hace que el propio fabricante o el vendedor puedan instalar software adicional para espiarnos.
Entre este software puede haber un keylogger que registre las contraseñas que introducimos u otro que haga capturas del contenido que estamos viendo en pantalla. También puede haber puertas traseras o contenido que registre información de nuestro dispositivo y lo envíe a servidores remotos de China.
Una buena manera de evitar esto es instalar aplicaciones que nos permitan analizar el tráfico saliente de nuestro dispositivo para ver las direcciones con las que a, así como también encontrar aplicaciones y procesos sospechosos que estén ejecutándose.
En los últimos años se ha descubierto que no sólo hay algunos fabricantes de estos dispositivos que han preinstalado apps con malware, sino que también se ha descubierto esta actividad en móviles chinos. Una buena recomendación es mirar que ninguna app tenga permisos de accesibilidad para evitar que superpongan contenido como anuncios o que puedan registrar o ver en todo momento lo que tú estás viendo.
Muchos reproductos ya incluyen Kodi para que tú le añadas los addons o enlaces que quieras, lo cual es una práctica poco segura porque no sabes si han podido modificar la app para fines «lícitos» como hacerla compatible con el procesador que equipa el dispositivo, o si le han metido algún tipo de registro que robe tus contraseñas. Por ello, y como las aplicaciones en Android están aisladas del resto, puedes borrarla e instalarla tú manualmente desde el APK que bajes de la web oficial para salir de dudas.
Usarlos para ver contenido original no es buena idea
Utilizar los dispositivos multimedia Android chinos para reproducir contenido de manera legal no es tampoco la mejor opción. En el caso de contenido pirata, con tener uno potente podremos reproducir películas en 4K sin problema. Sin embargo, para verlo en plataformas originales lo tendremos más difícil, ya que es necesario que el dispositivo tenga certificación oficial de plataformas como Netflix para poder verlo en 4K. Si el dispositivo no la tiene, estamos limitados a 480p de resolución.
Netflix no sólo certifica a dispositivos que tengan hardware compatible, sino que la marca tiene tener un mínimo de ventas globales, estar disponible en varias regiones, y ser un fabricante de reputación, lo que excluye por completo a todos los fabricantes menores de reproductores chinos.
Alternativas con actualizaciones de seguridad
Por ello, una de las mejores alternativas para tener Smart TV con Android es utilizar reproductores oficiales. Algunos como los de Xiaomi tienen doble ventaja, tanto el Mi Box S (4K) como el Mi TV Stick (1080p), así como el NVIDIA Shield.