Después de cuatro meses volvieron a rugir los instrumentos en el Wizink Center con un concierto solidario de Loquillo. Aforo limitado, medidas de seguridad e higiene extraordinarias y sobre todo un despliegue audiovisual sin precedentes para un concierto especial. Ayer Madrid congregó a 1700 personas tras la pandemia y Telefónica se encargó de que otros miles disfrutarán del evento de una forma diferente. A continuación te explicamos las diferencias con los conciertos anteriores que se retransmitían en streaming.
Loquillo fue el encargo de estrenar el WiZink con un concierto de rock and roll espectacular y con un recuerdo especial a las víctimas del coronavirus. A las 21:30 en punto comenzaron a sonar los primeros acordes y desde ese momento la conexión entre el artista y el público fue total a pesar de la frialdad de las gradas y la pista con el público completamente separado para evitar posibles contagios. Fuera del recinto estaba el camión de Telefónica produciendo y retransmitiendo el primer concierto de la nueva normalidad que cuenta con novedades importantes con respecto a lo que antes podíamos disfrutar.
los comentaristas analizan las alineaciones y se puede ver el calentamiento o la entrada de los hinchas al campo de fútbol».
Durante el show, seis cámaras pendientes de todo lo que hacía la banda de Loquillo y por supuesto a nivel de conectividad toda la experiencia de Telefónica para garantizar que miles de s concurrentes podían disfrutar del evento correctamente. Tras el concierto, más contenido para cerrar el show, «los mejores momentos» y un «resumen del concierto» para aquellos que no han podido verlo entero.
Estamos ante una nueva fórmula de monetizar los conciertos para los artistas y es que muy posiblemente tardemos mucho tiempo en ver como los recintos vuelven a llenar hasta la bandera. Se trata de una experiencia que seguramente no agrade a muchos cantantes y es que el sonido y la escenografía van completamente sin editar del escenario a la pantalla de los fans. La presión ahora es más importante porque los errores musicales quedan para siempre grabados y por supuesto el alcance de un artísta es mucho mayor si esta forma de consumir conciertos se populariza.
Sin tener cifras oficiales, el streaming de Loquillo que costaba 8 euros ha sido un auténtico éxito, sobre todo teniendo en cuenta que se trataba de un concierto solidario a favor del banco de alimentos. Larga vida al autor del Cadillac Solitario.