Uno de las mejores creaciones que se han hecho en los últimos años que tengan que ver con la tecnología son las interfaces cerebro-ordenador, que sirven de gran ayuda para realizar diferentes trabajos de investigación o para tratar de ayudar a personas que sufren discapacidad a restaurar algunas de sus capacidades que han perdido a causa de dicha discapacidad. Recientemente, se han creado unos diminutos implantes ideales para estas máquinas que las ayudarían a ser mucho más efectivas.
Existen a día de hoy muchas interfaces cerebro-ordenador que usan electrodos que se colocan de forma directa en el cerebro del paciente.
Una alternativa al implante de electrodos en el cerebro
Normalmente solo se insertan un par de ellos, con la finalidad de que estimulen y controlen toda la actividad eléctrica de un grupo de neuronas dentro de un área del cerebro.
Puede parecer que esto es suficiente, pero en verdad nos damos cuenta de que es poco si pensamos en que dentro de nuestro cerebro hay más de 80 millones de neuronas. Es por ello que los científicos han estado durante bastante tiempo buscando formas con las que cubrir muchas más neuronas en el cerebro, sin colocar tantos electrodos en el cerebro de la persona.
Hace unos pocos años un grupo de científicos de diferentes universidades de Estados Unidos comenzaron a desarrollar una alternativa a estos electrodos que se colocan en el cerebro. El resultado fue unos implantes diminutos que tienen un tamaño similar a un grano de sal.
Ahora mismo se podrían usar hasta casi 800 de estos sensores para ayudar al cerebro de los pacientes. De hecho, dentro del equipo son ambiciosos y creen que en un futuro podrían usarse miles de estos.
La finalidad del equipo con el desarrollo de este sistema es crear un mecanismo que dé a los científicos nueva información acerca del funcionamiento del cerebro, con las que se podrían crear nuevos métodos para tratar de curar las lesiones de personas con discapacidad.