Cómo he personalizado la pantalla de inicio de mi iPhone para reducir el estrés visual

La actualización a iOS 18 trajo a los iPhone una ola de libertad que sus s llevaban tiempo esperando. Por fin es posible personalizar, al menos un poco más, la pantalla de inicio del teléfono, de forma que ahora sí se pueden aplicar ‘temas’ más propiamente dichos, cambiando la tonalidad y la variación cromática de nuestra interfaz.
En mi caso, ya llevaba tiempo trabajando en personalizar mi dispositivo al máximo, con el objetivo de reducir la adicción a redes sociales y pasar menos tiempo al día con él.
Para ello, disminuí la cantidad de widgets y de iconos (ya que es posible borrar los iconos sin borrar la app por completo), y puse la pantalla en blanco y negro. También establecí un menú de texto grande para poder acceder a diversas apps desde texto, en lugar de mediante icono, tal y como podéis ver en la siguiente imagen.
Pero ahora, con las nuevas posibilidades de iOS 18, he ido un paso más allá para crear un entorno minimalista, elegante y monocromático. Mi interfaz de inicio se compone de dos pantallas, la que podéis ver en la imagen anterior (la principal) y una secundaria en la que mostraba los iconos de las apps más esenciales, como la que te viene en un iPhone nuevo en cuanto lo estrenas.
Esta pantalla me es importante para acceder a otras apps para las que no tengo un directo configurado en la primera pantalla. Por tanto, también lo uso bastante.
Exploré lo que podía retocar desde el nuevo menú ‘Personalizar’ e hice lo siguiente: convertí los iconos en grandes, y seleccioné la capa «tintados» para que se muestren en blanco y negro, sin necesidad de tener el monocromo activado desde el menú de accesibilidad del móvil. Con tan solo estos dos retoques (que se suman al estilo que ya tenía aplicado de antes, con un fondo opaco y soso, para qué nos vamos a engañar), puedo decir que veo mi iPhone más elegante -y relajante- que nunca.
Un entorno menos impactante
Con estos ajustes rápidos, lo que creo que consigo es un entorno mucho más amigable a la vista, reduciendo los colores vivos que te distraen y te incitan en hacer ‘zapping’ con tus apps para pasar el rato. Un efecto similar también lo consigues su aplicas el filtro oscuro en lugar de los tintados.
Por un lado, al hacer los iconos más grandes, no tienes que hacer tanto esfuerzo con la vista para reconocerlas. Dado que uno se sabe de memoria qué icono representa cada app, puedes prescindir del texto. Al prescindir del texto, son menos elementos visuales con los que tienes que lidiar, lo que sumado al blanco y negro, creo que reduce bastante el atractivo de la pantalla.
Sí, es soso, pero es lo que buscamos los que queremos reducir tiempo de pantalla diario. Un entorno más similar al de un ebook, sin colores ni brillos estridentes que te distraigan cuando solo quieres comprobar el buzón de email, algo que puedes hacer en 5 segundos, sin incitarte a repasar también Twitter o Instagram.