Desde hace años, multitud de científicos han tratado de utilizar las ondas de radiofrecuencia ambientales para usarlas como fuente de energía para pequeños dispositivos. El problema es que la potencia que usan es muy baja, y el dispositivo tiene que tener un consumo ínfimo para que eso funcione. Ahora, un grupo de científicos ha creado un chip que puede convertir las señales inalámbricas del WiFi en energía eléctrica para hacer funcionar un pequeño LED, así como otros pequeños dispositivos y sensores.
Para ello, el nuevo chip utiliza lo que se llaman osciladores de par de giro, o spin-torque oscillators (STOs). Los primeros se crearon hace muy poco, y son capaces de generar microondas, aunque con una señal muy débil. Por ello, algunos científicos probaron a poner varios en un mismo chip para obtener más potencia, pero con el problema de que no han conseguido determinar la mejor configuración para hacerlo más eficiente, con problemas en torno al espacio entre ellos y una baja respuesta de frecuencia.
Ocho STO conectados en serie iluminan un LED
Sin embargo, los investigadores parecen haber dado con la clave utilizando ocho STO conectados en serie. Con ello, consiguieron utilizar las ondas de 2,4 GHz del WiFi y convertirlas en señales con voltaje directo. Al pasarlas por un condensador, pueden hacer que se ilumine un LED de 1,6 voltios. Cargando el condensador durante 5 segundos permite al LED ofrecer luz durante un minuto, incluso después de que desconectaran el WiFi.
Los investigadores afirman que lo que les ha llamado a inventar este tipo de sistemas es que la mayoría de las
Esta carga inalámbrica es incluso más útil, ya que con el sistema de energía actual se requiere que haya una fuente constante de señales eléctricas. Si la carga se hace de manera inalámbrica hacia una batería, la cantidad de energía que se puede aprovechar es mayor, así como hacer que la duración también aumente. De momento es un prototipo, pero si realmente funciona tan bien, será cuestión de poco tiempo que estos sistemas lleguen al mercado, aunque queda mucho para que lleguen a funcionar por ejemplo con un disco duro inalámbrico.