Un tweet, un gif, un cromo digital que vale cientos de miles de euros, ¿por qué? Te lo explicamos. Estás escuchando hablar de ellos continuamente, es el boom, la última moda. ¿Por qué todo el mundo habla del criptoarte o qué significa NFT? ¿Qué son los NFTs o Non-Fungible Tokens? ¿Cómo funcionan? Explicamos de manera sencilla y fácil de comprender qué es todo esto y cómo puedes entender fácilmente su valor, pero también qué ha hecho posible que todo el mundo hable de ellos o qué problemas puede presentar este criptocoleccionismo que llegó a estar muy de moda.
¿Cómo puedes ser parte de ellos? ¿Qué hace falta para convertirse en un artista digital? Puede que todo te parezca un poco confuso, pero te explicamos paso a paso todo lo que debes saber, cómo comprar, cómo vender o qué podemos comprar.
¿Qué son los NFT?
NFT significa Non-Fungible Token o, lo que sería lo mismo, un «activo no fungible». Es decir, un tipo de activo que no puede ser modificado, que es único. Por ejemplo, una obra de arte. Un cuadro único de Picasso a partir del que pueden existir muchas copias, pero solo hay uno que es el original. Los NFT son activos digitales; un contrato digital que certifica que algo es tuyo. Como poseer un cuadro de autor, pero en lugar de tenerlo colgado en una pared de tu casa, lo tienes en el ordenador o el móvil, y el NFT es el código único que certifica que es de tu propiedad, pese a todas las copias o réplicas que puede haber. Esto vale con multitud de artículos: sellos, obras de arte, cromos únicos… Pero en formato digital. En lugar de tenerlos en un álbum, los tienes almacenados en alguna memoria o dispositivo.
Obras únicas no tangibles
Así podrías entender cada uno de los NFT: archivos inimitables que pueden ser comprados y vendidos como cualquier otro tipo de propiedad que tengas (un cuadro único, una fotografía original de Robert Capa, un manuscrito, el primer correo de un famoso servicio de mensajería) y que nadie más puede tener. ¿Cuál es la diferencia entre estos NFT y cualquier otro objeto de coleccionista? Que no son tangibles, como hemos dicho. Es decir, no existen como tal, no puedes tocarlos ni guardarlos en un cajón, no tienen una forma. Son digitales.
Puedes tener una obra de arte que solo sea un archivo en tu ordenador y que no puedes llevar contigo, pero con un certificado digital que demuestra que es nuestra, que demuestra su validez y exclusividad. Por su similitud con estas obras de arte únicas (hay muchas Giocondas pero solo una es la de verdad, hay muchos libros del Quijote en muchas casas, pero ninguno es el escrito por Miguel de Cervantes) se han considerado como piezas de arte digital y únicas. Y todo el mundo habla de ellas. Si adquieres uno, solo será tuyo, no podrá pertenecer a nadie más, y si alguien quiere utilizarlo con fines comerciales o para algo tendrá que pagarte por ello si ofreces esta posibilidad.
¿Son siempre únicos y exclusivos?
En el caso de los más caros sí, los que han propiciado el boom y que todos hablen de ellos. Pero no siempre. Hay piezas u obras que son limitadas. Por ejemplo, cromos digitales de la NBA o fichas de jugadores de las que hay pocas unidades. Diez, veinte como mucho. No son únicos, pero sí puede ser una opción si buscas un NFT más asequible y a un precio más barato. Obras limitadas. También encontrarías, en el mismo catálogo, piezas que sí son únicas y que costarán mucho más caras. Usando como ejemplo este Top Shot de la NBA vemos que ponen a la venta cuatro tipos de tokens: common, rare, legendary y ultimate. Cuatro categorías similares a si fuese un coleccionismo tangible: cuanto más único sea el token más caro será, pero también hay algunas piezas limitadas, pero no únicas.
Características de un NFT
Nos queda claro qué son: un dibujo en Paint único o una entrada de una final de la final de Wimbledon en el asiento en el que un tenista concreto se sentó cuando ganó, como ejemplo. No hay otro igual y por eso no se pueden intercambiar entre sí. Como ejemplo: hay dos cromos del álbum de 1999 de Fernando Redondo de Panini pero no hay dos entradas de un torneo iguales, cada una tiene su asiento. Y estos NFTs o Non-Fungible Tokens son así: no hay dos iguales (generalmente, no siempre) y son personales y únicos. Esa es su primera característica: son únicos. Habrá copias, habrá algunos parecidos, pero no ninguno exactamente igual y hay un certificado (o debe haberlo) que demuestra quién es el propietario. Una autoría certificada y protegida, controlada.
Son personales, como hemos dicho. No puedes comprar una licencia de una obra y compartirla, no pertenece a varias personas. No, el bien es solo tuyo. Si tienes la propiedad de un dibujo de Paint único es solo tuyo, nadie puede comprar una licencia para tenerlo también o usarlo. Son solo de un dueño.
Otra característica importante es que están encriptados y se basa en el blockchain. Hay una cadena de bloques que sigue el historial de ese NFT, de quién ha sido su propietario en todo momento desde su creador hasta la actualidad. Por qué manos ha ido pasando. Esa cadena de bloques o blockchain de Ethereum permite verificar de quién es de la misma forma operando de la misma forma que las criptomonedas. En concreto, que Ethereum.
Además, una vez que se ha creado un NFT, no se puede modificar o cambiar, lo que garantiza su autenticidad y su valor a largo plazo. El valor de un NFT está determinado por la demanda del objeto que representa y su exclusividad y rareza.
Comprar NFT
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de comprar NFTs? ¿Es buena idea? ¿Cuáles son las razones por las que debemos coleccionarlos o comprarlos? ¿Cómo se hace? ¿Cómo se pagan? Resolvemos las principales cuestiones relacionadas con la compra del tan de moda criptoarte.
Por qué comprarlos o coleccionarlos
Tweet de Jack Dorsey
Otro de los casos interesantes es el del primer tweet de Jack Dorsey. El creador de Twitter puso a la venta su tuit como NFT en la web Valuables (un “market” específico para vender o comprar tweets originales) El tweet de Dorsey se vendió por casi tres millones de dólares y su recaudación se destinó a obras de caridad. ¿Qué recibió la persona? Un certificado digital del tweet, aunque el original sigue en la cuenta de Dorsey y visible para todos.
jack@jackjust setting up my twttr21 de marzo, 2006 • 21:50
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Código fuente de WWW
Otro caso especialmente relevante es el de la venta del código fuente de la World Wide Web (WWW) como NFT por 5,4 millones de dólares tras ser subastado por Tim Berners-lee, el ingeniero británico creador de ese conjunto de protocolos lógicos que permiten distrbuir información a lo largo y ancho de Internet.
El precio ha sido pagado en una subasta organizada por la popular casa Sotheby’s, y comenzó a mediados de junio del pasado año. Recordamos que el archivo original de la WWW fue desarrollado entre el 3 de octubre de 1990 y el 24 de agosto de 1991.
Hashmasks
Junto con los CyptoPunks, otra de las colecciones más caras son los Hasmasks. Se trata de otro proyecto artístico que vende sus diseños y modelos en Internet. Cada uno de ellos es una pieza única, un coleccionable, una pieza de arte digital. Se diferencian por una serie de rasgos: color de la piel, máscara, personaje… Hay unos 16.300 retratos digitales únicos y la colección está valorada en más de 10.200 ETH.
Explosión de la burbuja NFT
Los NFT llegaron a un pico de popularidad enorme entre 2021 y 2022, tras lo que empezaron a perder mucho valor y su mercado se desinfló. La tecnología sigue y seguirá existiendo, y los NFT, con mucha seguridad, van a seguir siendo una interesante forma de compraventa de activos digitales. Lo que ocurre, es que tras un periodo de gran especulación, finalmente el mercado se relajó y muchas obras aparentemente muy valiosas terminaron quedando como inversiones fallidas. Es turno del tiempo hacer su trabajo e ir mostrando en qué situaciones merece la pena usar NFTs, así como cuál es el valor real que uno puede estar dispuesto a pagar.
Un informe publicado en 2023 por DappGambl reveló hasta qué punto el enorme mercado de miles de millones de dólares detrás de los tokens no fungibles fue cayendo en picado durante meses, hasta llegar a una situación en la que, básicamente, el 95% de todos los NFT creados no tiene ningún valor. Desde esta plataforma de casino cripto, señalan: «Los datos de blockchain revelan un valor negociado semanal de alrededor de 80 millones de dólares en julio de 2023, solo el 3% de su máximo en agosto de 2021. Entonces, ¿qué pasó? Los NFT tuvieron una racha alcista y luego colapsaron. Duro. Ahora nos encontramos en medio de un mercado bajista para los NFT, con numerosos proyectos que ahora luchan por encontrar compradores debido a una perspectiva de mercado pesimista sobre su valor futuro», señalaba este informe.
Ante esta situación, la polémica sacudió a miles de empresarios e influencers que habían entrado en el sector, como es el caso del youtuber WillyRex o el futbolista Ronaldinho. También queda en cuestión la utilidad real de muchas iniciativas que se lanzaron en este contexto, como billetes de avión en formato NFT, entradas de conciertos, merchandising, y un largo etcétera. Al final, seguramente la ducha de agua fría implique entender que un activo no tiene por qué valer más por el simple hecho de ser digital. Es decir, ¿para qué pagarías más por algo en versión digital que si obtuvieras lo mismo en versión física? Hay que distinguir la especulación de la utilidad real.