Seguro que has visto programas para comprimir archivos o que has escuchado hablar de ellos, pero: ¿qué son? ¿Merece la pena comprimir un archivo? Y, sobre todo, puede que nos hagamos una pregunta: ¿por qué un archivo comprimido ocupa menos? Vamos a hablar sobre los tipos de compresiones y de cuándo podemos usarlas en el día a día.
Es posible que los archivos que utilizamos a diario ocupen mucho espacio en nuestro ordenador o en nuestro teléfono móvil y, aun así, no nos suponga ningún problema. Este será el caso si tenemos un disco duro o almacenamiento de gran capacidad, como de 500 GB o más.
Pero comprimir archivos es algo que se hace desde hace años con un fin claro: que un documento o archivo ocupe mucho menos, pero que se mantenga su contenido en la máxima calidad posible. Lo hacemos con imágenes, por ejemplo, si tenemos que subirlas a una página web o blog o si queremos enviarla por email. Aunque tengamos espacio en nuestro PC, compromir archivos va a ser útil para enviarlos a otras personas con servicios de Internet, que a menudo establecen un límite de GB que podemos usar.
¿Qué es un archivo comprimido?
Un archivo comprimido es prácticamente idéntico al original, pero reduciendo su tamaño. Dependiendo del formato que se utilice o del tipo de compresión, tendremos pérdida o no en la calidad. Podemos encontrar generalmente dos tipos de archivos comprimidos: con compresión sin pérdida y con compresión con pérdida. Como su propio nombre indica, la diferencia entre ambos es la pérdida de calidad de la misma.
Comprimimos archivos prácticamente siempre. A veces lo hacemos de forma voluntaria y otras de forma involuntaria. Por ejemplo, si envías a tu madre una foto que has hecho de tu hijo o hija con la cámara de tu móvil de gran calidad. Si mandas esa fotografía, de muchísima calidad y peso, por WhatsApp, automáticamente la aplicación comprime el archivo para que no pese demasiado y pueda suponer un problema. Si esa misma foto se reenvía de unos a otros, continuamente veremos que la compresión hace que la calidad empeore.
Ventajas de comprimir un archivo
Ahora bien, la pregunta que debemos hacernos es por qué alguien querría comprimir un archivo, y en este punto te vamos a contar todas las ventajas por las que puede ser necesaria esta acción.
En primer lugar, puedes tener en un solo ZIP o archivo comprimido una gran cantidad de documentos, que integran fotos, vídeos, carpetas, etc. Se trata de una biblioteca de archivos donde se pueden almacenar decenas de ellos, y es mucho más cómodo para subir a la nube o compartirlo a través de correo electrónico con tus os. A su vez, si comprimes todos estos archivos en un solo ZIP, ahorrarás mucho más espacio porque el peso se reduce considerablemente.