En picado. Así es la caída del sector del cine en los últimos años. El cierre de las salas es una realidad cada vez más constante que ejemplifica a la perfección Alta Films, distribuidora que ha pasado de contar con 200 salas de cine a 20 en cuestión de unos años.
El País se hace eco de la trágica situación por a que atraviesa una de las distribuidoras de referencia en nuestro país, centrada fundamentalmente en el cine de autor tanto español como extranjero. Su propietario es Enrique González Macho, quien a su vez es presidente de la Academia de Cine, conocido por su duro discurso contra la «piratería» en Internet, que ve como otra de las causas para que el sector se haya desplomado en los últimos años.
La situación es vista con gran preocupación por González Macho. «Hemos resistido mientras se ha podido pero la gente ha dejado de ir al cine, el DVD está arruinado y las televisiones, sobre todo la pública, ya no apoyan al cartelera española, ya que con la desaparición de este tipo de distribuidoras el público español no va a tener a una «enorme masa de películas de gran interés» que quedarán relegadas a «festivales o proyecciones marginales».
«El público español de cine de autor en salas irá desapareciendo a medida que se vaya quedando sin oferta… y eso es el peor aspecto posible de la globalización, porque nos vamos a quedar con un único tipo de cine que ver», remata el propietario de Alta Films.
Si bien es cierto que las fuentes de financiación para el cine se han reducido drásticamente y que han influido otros factores citados como el aumento del IVA, hay otros factores que también han influido en esta situación. Al margen de la fuerte crisis económica, se ha echado en falta una mejor adaptación del modelo de negocio de las salas a los tiempos que corren en la actualidad. Los precios de las entradas se han disparado precisamente en el momento en que ha sido más sencillo acudir a la oferta en Internet por medios alternativos a una inexistente oferta legal. Esta política ha demostrado cómo los espectadores se alejaban cada vez más del cine y a los hechos hay que remitirse. Renovarse o morir. Pocas veces una expresión cobró tanto sentido.